Infancia y adolescencia

Infancia y adolescencia

Nuestros hijos se pueden encontrar con numerosos problemas en esta etapa que como padres nos pueden desbordar.

En esta etapa se realiza evaluación, intervención y seguimiento en los aspectos siguientes:

 

 

Problemáticas emocionales que surgen en esta etapa como ansiedad, miedos, fobias, trastorno de ansiedad por separación, mutismo selectivo, y depresión.

Ansiedad

La ansiedad surge muchas veces en la infancia y si no se trabaja de una manera adecuada puede persistir hasta la edad adulta. La ansiedad en la infancia se caracteriza por preocupaciones excesivas sobre diferentes aspectos como pueden ser los exámenes, por los compañeros, por las tareas escolares, por si ha hecho bien o mal algo, por las críticas y el niño pide continuamente que le digan si lo que ha hecho está bien o mal. También se puede acompañar de síntomas físicos como palpitaciones, llanto, dolor de cabeza, dolor de tripa… entre otros.
En la adolescencia la manifestación de ansiedad se caracteriza por una preocupación excesiva que no se puede quitar de la cabeza, por temas como por ejemplo los exámenes, las tareas escolares, la relación con otros compañeros, la duda de si un comportamiento que ha tenido es correcto o no, acompañada de irritabilidad, o de síntomas físicos como palpitaciones, sudoración, molestias en el estómago, dificultad para tragar y para respirar… para más información puedes hacer una consulta a través de la web.

Miedos

Los miedos van surgiendo a medida que el niño va creciendo, existen miedos propios de cada edad, estos miedos se caracterizan por ser transitorios, de manera que desaparecen con el tiempo. Es habitual que los niños tengan miedo a la oscuridad o que tengan pesadillas, miedo a los extraños, pero puede ser que por alguna circunstancia del niño estos miedos se mantengan en el tiempo, que vayan aumentando y poco a poco vayan afectando cada vez más a los niños interfiriendo de manera muy importante en su vida cotidiana, en ese punto es en el que hay que intervenir pues se provocan situaciones que afectan al niño de manera significativa.

Fobias

Las fobias son miedos que se producen de manera muy intensa a situaciones muy concretas y muy específicas como puede ser a algún animal, a las alturas, al colegio, a la sangre… Estos miedos los niños los suelen expresar con llanto, con rabietas o paralizándose. La reacción que se produce es totalmente desproporcionada y el niño no la puede explicar puesto que es irracional, lo que hace el niño normalmente es intentar evitar esa situación lo que a su vez hace que el miedo cada vez sea más intenso y más difícil de enfrentar. Ante una situación así es importante pedir apoyo psicológico, pues esto hace que el miedo vaya disminuyendo mejorando la calidad de vida del niño.
La ansiedad por separación se produce cuando el niño o la niña al separarse de sus padres o de las personas que le cuidan se pone muy nervioso, llora, tiene una rabieta… esta respuesta es normal en niños menores de tres años, el problema surge en niños más mayores cuando quiere dejar de hacer las actividades de su día a día por ejemplo ir al cole o hacer cualquier actividad que implique estar sin sus padres o sin la persona que le suele cuidar. Además puede ser que haya pesadillas recurrentes sobre este tema o algunos síntomas físicos como dolor de cabeza, de estómago incluso náuseas y vómitos. Por eso si se está produciendo esta situación en casa es recomendable un apoyo psicológico para abordar la situación.

Mutismo Selectivo

El mutismo selectivo se produce cuando el niño o la niña, que sabe hablar perfectamente, y de hecho lo hace con sus familiares más cercanos, se niega a hacerlo en situaciones sociales en las que sí que se espera que lo haga. Puede ser que se niegue a hablar en el colegio, o que se niegue a hablar con personas incluso con algunas muy cercanas a la familia. Esta situación crea mucho malestar para el niño y para los padres que seguramente han buscado muchas maneras de solucionarlo pero la complejidad de la situación lo ha dificultado.

Depresión

La Depresión en niños y en adolescentes se caracteriza por un estado de ánimo irritable, sentimiento de tristeza, una disminución del interés por las actividades la mayor parte del día, pérdida de peso o no conseguir el peso esperado, por tener mucho sueño o todo lo contrario poco sueño, dificultad para concentrarse, en ocasiones incluso hay pensamientos de muerte. Si se observan varios de estos síntomas puede ser interesante un apoyo psicológico por el bienestar del niño o del adolescente

 

Problemas de conducta y dificultades de autocontrol emocional.

La adolescencia es una etapa caracterizada por la crítica, pero cuando observamos en el niño o en el adolescente que muestra comportamientos desafiantes, que insulta, que no quiere cumplir las normas que hay en casa o en el colegio, que se enfada con mucha facilidad en ocasiones con rencor, que no respeta los derechos de los demás, o que existen situaciones de violencia es importante tomar medidas e intervenir psicológicamente pues este comportamiento y estas actitudes crean mucho malestar al niño o adolescente y a las personas de su entorno, principalmente a su familia.
Autocontrol emocional, se refiere a cuando el niño o el adolescente tiene problemas para controlar sus impulsos y sus emociones produciéndose situaciones difíciles. Puede ser que rompa lo que tiene a su alcance en ese momento, sin medir lo que es, o que golpee las puertas, las paredes… este comportamiento es desproporcionado a la situación que lo produce, por ejemplo puede ser que por una pequeña discusión con un amigo tire el móvil y lo rompa…, este comportamiento puede interferir en su rendimiento escolar, o académico o en el caso de adolescentes en su rendimiento laboral. Estos episodios tienen una frecuencia variable.

 

Sintomatología y problemas emocionales que pueden surgir por el acoso escolar.

El acoso escolar es una situación en la que un niño o adolescente sufre situaciones de violencia verbal y física de una manera mantenida en el tiempo, de forma que esto tiene unas consecuencias muy serias para el niño o adolescente que lo está sufriendo. En ocasiones el niño o adolescente no dice nada sobre la situación que está viviendo puesto que tiene mucho miedo a las consecuencias que decirlo puede tener, o le resulta muy difícil contar la humillación que está pasando. Como padres podemos observar otra serie de síntomas que son importantes y que nos pueden indicar esta situación, como por ejemplo; si tu hijo deja de traer cosas a casa o trae ropa rota, o vuelve con mucho hambre (pues todos los días le quitan el bocadillo) o por el contrario pierde el apetito, le duele la cabeza y la tripa y se niega a ir a clase, pierde amigos que tenía o no quiere ir a situaciones sociales, pierde totalmente el interés por las actividades que se realizan en el colegio o instituto.

 

Situaciones de Duelo, bien derivadas por la muerte de una persona cercana o por el divorcio de los padres.

La pérdida de un ser querido es una situación difícil de vivir para cualquier persona de cualquier edad, con lo que los niños y los adolescentes no son una excepción. Dependiendo de la edad los niños van a manifestar su pena de una manera distinta a los adultos, cuanto más pequeños, más diferencia y no necesariamente lo muestran con tristeza o abatimiento, pueden presentar muchos cambios de humor, que se aferren más a su padre o a su madre, que vuelvan a alguna etapa que ya tenían superada, por ejemplo volver a hacerse pis, dejar de comer, tener pesadillas…estas son sus manifestaciones del dolor, puesto que la pérdida también es para ellos y forma parte de elaborar un duelo adecuado. Entonces,

¿Qué señales de alarma hay para que el duelo no se elabore de manera adecuada? (Ordoñez, A. Lacasta, M.A):

  • Llorar en exceso durante periodos prolongados
  • Rabietas frecuentes y prolongadas
  • Apatía e irritabilidad
  • Pérdida de interés por los amigos o actividades anteriores agradables.
  • Pesadillas o frecuentes problemas de sueño.
  • Miedo a quedarse solo.
  • Frecuentes dolores de cabeza u otros síntomas físicos.
  • Imitación excesiva de la persona fallecida y expresiones repetidas de reencontrarse con ella.

 

Consumo puntual de sustancias

Es en la adolescencia es cuando se comienza el consumo de alcohol, cannabis y tabaco (que son las sustancias más consumidas en esta etapa), es importante establecer una manera de hacer un buen uso del alcohol puesto que en nuestra cultura está presente en muchas situaciones y solventar los posibles problemas que puedan surgir por el consumo de sustancias prohibidas como es el caso del cannabis u otras.

 

Adicción al móvil

El móvil se ha convertido en un utensilio muy importante en nuestra vida, el que más y el que menos tiene un móvil, muchos niños pueden acceder al móvil a edades muy tempranas como los 10 u 11 años y hasta aquí si se hace un buen uso del móvil no hay ningún problema puesto que el móvil nos proporciona muchas facilidades en nuestro día a día que son indiscutibles, ¿Cuándo podemos sospechar entonces que hay un problema? Podemos decir que hay un problema cuando el uso del móvil hace que no vayamos a clase, pues preferimos estar chateando, con el problema que esto puede acarrear, cuando dejamos de quedar y hacer actividades con nuestros compañeros y amigos, cuando hay muchos cambios de comportamiento, y nerviosismo. En general podemos concretar que está interfiriendo en la vida del niño o del adolescente de una manera significativa y si esto es así, recibir apoyo psicológico puede mejorar esta situación.

 

Problemas con el manejo de internet y de las redes sociales.

Las redes sociales hoy en día están presentes constantemente en nuestro día a día facilitándonos la vida, siempre y cuando haya un buen uso de las mismas, el problema surge cuando no se hace un buen uso y se comienza a abusar de internet y se producen situaciones como que el niño se pasa el día jugando a un videojuego, o el adolescente pasa más tiempo con el Tuenti o con el Facebook que relacionándose físicamente con otras personas.
Young, 1998, cita una serie de indicadores de alarma:

  • Privarse de sueño
  • Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud...
  • Recibir quejas en relación con el uso de la red de alguien cercano, como los padres o los hermanos.
  • Pensar en la red constantemente, incluso cuando no se está conectado a ella y sentirse irritado excesivamente cuando la conexión falla o resulta muy lenta.
  • Intentar limitar el tiempo de conexión, pero sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo.
  • Mentir sobre el tiempo real que se está conectado o jugando a un videojuego. g. Aislarse socialmente, mostrarse irritable y bajar el rendimiento en los estudios.
  • Sentir una euforia y activación anómalas cuando se está delante del ordenador.

Si ves que tu hijo tiene alguna de estas conductas un apoyo psicológico puede ser conveniente.

 

Facebook Twitter Google+ Pinterest
Horario

Lunes a Viernes
en horario de mañana y tarde con cita previa

Contacto

Telf. +34 639 651 859
email: psicologa@mariaaylon.es

Dirección

C/ Magnolio Nº 1
Portal 10-3ºB
05002 Ávila, ES

Sígueme en

Twitter
Facebook